sábado, 6 de abril de 2013

¡¡CALZATE Y A CORRER...!!

"6 DE ABRIL, DÍA MUNDIAL DE LA ACTIVIDAD FÍSICA"


Bajo el lema "Actividad física sin barreras", hoy 6 de abril, se celebra el Día Mundial de la Actividad Física, una efeméride impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2002 y que, ligada al Día Mundial de la Salud –que se celebra mañana–, tiene por objetivo concienciar e informar a la población sobre la necesidad de adquirir hábitos de vida saludables.

Como recuerda la OMS, “la inactividad física es, tras la hipertensión arterial y el consumo de tabaco y en la misma medida que la hiperglucemia, el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad mundial; y es que hasta un 6% de las muertes que se producen en todo el planeta son atribuibles a la falta de actividad física”.

"LA FALTA DE EJERCICIO FÍSICO ES RESPONSABLE 
DEL 6% DE LA MORTALIDAD MUNDIAL"




Como este blog esta dedicado a temas relacionados con la mortalidad infantil y aquellos temas relacionados con los menores de este mundo, voy a aprovechar este post para hablar de un grabe problema que están sufriendo nuestros menores, la obesidad infantil.


LA OBESIDAD INFANTIL:


La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que en 2010 hay 42 millones de niños con sobrepeso en todo el mundo, de los que cerca de 35 millones viven en países en desarrollo.

Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida prevenibles. Por consiguiente hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.




Ahora hay tres veces más niños obesos que hace sólo 15 años. Las consecuencias de este avance pueden ser muy preocupantes, pero las soluciones existen: la clave está en modificar los hábitos.

Un fenómeno que parecía afectar especialmente a los niños estadounidenses se ha importado a Europa. El crecimiento de la obesidad infantil en España es espectacular y preocupante: si hace 15 años, el 5% de los niños españoles eran obesos, esta proporción es ahora del 16%. En la Unión Europea, sólo Gran Bretaña nos supera.

La causa de esta verdadera epidemia (que puede tener consecuencias muy negativas en el futuro) es, básicamente, el cambio de hábitos. Y sobre todo en lo referente a la alimentación y el sedentarismo. Los niños, en gran parte por influencia de los padres, abandonan el consumo de frutas, verduras, legumbres y pescado, en favor de la comida rápida, "chuches" y bollería. Por lo que respecta al sedentarismo, las actividades físicas tradicionales se están cambiando por la televisión y los videojuegos.


Los peligros de esta tendencia son muchos. En primer lugar, la obesidad puede suponer al niño problemas físicos (diabetes tipo II, hipertensión, triglicéridos y colesterol, trastornos hepáticos,…) y psicológicos (baja autoestima, estigma social,…). Pero quizá lo peor es que está fraguando una obesidad adulta, con estos mismos problemas, pero agravados. Y hasta tal punto es así, que la siguiente generación podría tener una esperanza de vida menor que la actual, como consecuencia de esta obesidad, a pesar de los avances médicos en otros campos. Algunos estudios indican que la obesidad acorta la esperanza de vida en 13 años.

La solución, sin embargo, existe. Dado que casi todos los factores asociados a la obesidad infantil están relacionados con el estilo de vida, (excluyendo algunos casos poco comunes de patologías o factores genéticos), cambiando algunas costumbres podemos luchar eficazmente con este problema. Inculcar a nuestros hijos unos buenos hábitos alimenticios y fomentar su actividad física (deporte, juegos, paseos, excursiones,…) es fundamental para prevenir o remediar su obesidad, y de paso habremos hecho mucho para evitar que tengan sobrepeso de mayores.


Pero tenemos que empezar por nosotros mismos, pues si la madre y el padre son obesos, el riesgo de que lo sea también el hijo es de casi el 90 %, según Carlos Paredes, Presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría. Este experto insiste en que los hábitos de los hijos tienen mucho que ver con los de sus progenitores, y de ahí la necesidad de modificar las costumbres de los padres, cuando no sean adecuadas en materia de alimentación y salud. Por tanto, si luchamos contra nuestra propia obesidad, además de los evidentes beneficios que lograremos para nosotros mismos, también los conseguiremos para nuestros hijos.


Se estima que hay unos 43 millones de menores de cinco años obesos o con sobrepeso. Para garantizar que los niños puedan crecer en un entorno saludable, la OMS publicó sus recomendaciones en materia de promoción de alimentos y bebidas dirigida a los niños.

En mayo de 2010, la 63.a Asamblea Mundial de la Salud aprobó un conjunto de recomendaciones sobre la promoción de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida a los niños (resolución WHA63.14).

La finalidad de esas recomendaciones es orientar los esfuerzos de los Estados Miembros para idear nuevas políticas o reforzar las existentes con respecto a los mensajes publicitarios de alimentos dirigidos a los niños.

A continuación os dejo el enlace a esta publicación en español: MANUAL ONS










Información tomada de:





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