NOTICIA:
28/02/2012
Panamá se encuentra en una dura situación, ya que tiene una labor enorme por delante. El país de América del Sur se encuentra en unos índices de mortalidad infantil preocupantes. Se estima que de cada 1.000 niños nacidos vivos, 12 no llegan a su primer año de vida. Si Panamá quiere conseguir el objetivo marcado por la ONU, tendrá que reducir hasta la mitad. Por tanto, los próximos tres años se plantean como una “desafío”.
"El desafío mayor (para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio) está en relación con la mortalidad de menores de un año", dijo Alma Jenkins, Coordinadora de programas del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Según un informe presentado por Unicef en Panamá, se estima que el 50 %, más o menos, de los niños menores de 6 años viven en condiciones de pobreza y la mayor cantidad de muertes que ocurren en niños menores de 5 años se da en el primer año de vida, según el informe.
Según un informe de Unicef, las afecciones perinatales, malformaciones congénitas, neumonía, diarrea, desnutrición, accidentes y actos de violencia son los principales motivos de la muerte de estos menores.
Pero no tenemos que obviar otra causa que provoca estos índices tan elevados de mortalidad infantil, que además es otro de los objetivos que la ONU se digno a coseguir. Panamá tiene un elevado índice de mortalidad materna, 42 mujeres muertas por cada 100.000 nacimientos vivos.
"Se necesita aumentar el acceso de las mujeres (sobre todo indígenas) a los controles prenatales. Eso es clave para reducir la mortalidad materna", dijo Jenkins, quien consideró que la tasa máxima para el país debería ser de 13.4 fallecimientos por 100.000.
"El país tiene los recursos para lograr solventar esta situación. Es un desafío. No es una cosa que no se pueda lograr", destacó.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio fueron orquestados en el año 2000, bajo un parámetro de buen compromiso por 192 países, todos ellos miembros de la ONU, y con el fin de ser cumplidos y conseguidos de forma positiva en 2015, pero leyendo estas noticias, observando las injusticias que se cometen de forma atroz todos los días, sufriendo los recortes sociales que poco a poco entierran al pobre trabajador, la destrucción sin límites que sufre nuestra amada naturaleza y miles y miles de hechos poco éticos y cívicos, me hacen pensar que no vamos por el buen camino, y que conseguir los objetivos planteados está muy lejos de nuestras manos. Aunque esto no quiere demostrar mi rendición, es más, es hoy cuando debemos luchar más que nunca por nuestros derechos y por un futuro mejor.
"El país tiene los recursos para lograr solventar esta situación. Es un desafío. No es una cosa que no se pueda lograr"... leer esa frase creo que abre un ápice de esperanza para poder lograr los porcentajes pautados por los ODM.
ResponderEliminarLa idea que más me ha hecho reflexionar es que hay que aumentar el acceso a las mujeres a los controles prenatales, sobre todo a las indígenas. La verdad es que no conozco la situación de la población indígena en Panamá, pero me parece que somos un poco hipócritas o no se muy bien que adjetivo ponerle.
Los indígenas son poblaciones que se autogestionaban perfectamente, ahora de alguna forma, por intentar meterles en nuestro sistema les hemos hecho dependientes de algunas cosas que antes no necesitaban. Seguramente nosotros somos los que les hemos llevado nuevas enfermedades, los que les hemos quitado su forma de vida... y encima les ponemos difícil el acceso a la medicina que necesitan.
Mirando el lado positivo, menos mal que después de hacer el mal, intentamos rectificar y ayudar.
UÚltimamente creo que lo de los ODM, no deja de ser un engaño más de todos los que conforman este mundo. Es una pena, pero cada vez esto mas convencida.
ResponderEliminarHace poco leí en un libro que la desnutrición infantil interesa, y que erradicarla no era una buena opción. Y os parecerá muy cruel lo que voy a decir a continuación, pero creo que en parte no iba mal en caminado el autor al afirmar tal hecho.
A veces hay que pensar las cosas varias veces, y darse cuenta de todo lo que hay detrás y las consecuencias de nuestros propios actos.